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Mujeres, agua y el camino

Nada en el mundo
es tan suave y flexible como el agua.
Sin embargo, para disolver lo duro e inflexible,
nada puede superarlo.


Dao De Jing, Capítulo 78

El Dao De Jing describe el camino del yin, el femenino, como el "agua" y el del yang complementario, masculino, como el fuego. En términos taoístas, recientemente ha habido un cambio en las energías internas en ambos sexos, lo que ha provocado que las mujeres tengan mucho fuego. La naturaleza de las mujeres basada en el agua ha sido olvidada y ya no pueden expresar esta forma innata de su ser. Desafortunadamente, esto tiene un impacto negativo en la humanidad como un todo. Sin la verdadera influencia de lo femenino, el mundo se está volviendo más volátil; como un fuego ardiendo fuera de control. Solo las mujeres tienen el poder de apagar el fuego de lo masculino. Por lo tanto, las mujeres deben encontrar su camino de regreso al agua y a la verdadera sede de su poder.
Un exceso de fuego en las mujeres se manifiesta principalmente en los siguientes síntomas:

- Pensando demasiado
- Constantemente impaciente, deprimido o agresivo
- Frecuentes sentimientos de ira, duda y desesperación
- Nerviosismo y ansiedad
- Comportamiento antagónico
- Terquedad e incapacidad para 'dejar las cosas'
- Ser fácilmente perturbado emocionalmente
- Problemas en el ciclo menstrual
- Adicción al azúcar y una relación no saludable con la comida
- Adelgazamiento del cabello
Una deficiencia en el agua se expresará a través de las emociones, el comportamiento y el contacto con el entorno diario. Por ejemplo, tal vez escuche que me acusan de algo que no hice en mi lugar de trabajo. La respuesta general a esto es estar preocupado, enojado, molesto y eventualmente confrontacional. El fuego me llevará a través de muchas emociones muy rápidamente, causando agotamiento en el proceso. Mi mente tiene cientos de escenarios sobre cómo ha sucedido esto y me enojaré con las personas involucradas y temo el resultado. Justificaré y alimentaré mi ira al examinar internamente la situación de manera interminable. Me molestaré a mí mismo y a los que me rodean actuando a partir de estos sentimientos. Esta respuesta proviene del fuego.
Una respuesta del agua me permite actuar de manera diferente. En primer lugar, soy flexible para que el día se desarrolle de forma diferente a como lo había hecho antes. Tengo paciencia y espero, ocupado hasta que algo en la situación cambie y requiera mi atención. Cuando tengo la oportunidad de explicar mi lado y escuchar al otro, soy gentil y estoy en control, y firme si es necesario. Pase lo que pase, retengo mi poder, mi centro. No desperdicio la energía que me molesta o que provoco negatividad en mí o en mi relación con el lugar de trabajo. Dejo de controlar la situación y, como resultado, me libero del control de una mente hiperactiva.
La visión moderna de que las mujeres son "iguales" a los hombres no significa que sean lo mismo. Las mujeres y los hombres son iguales en valor, pero su naturaleza está lejos de ser idéntica. En las enseñanzas taoístas, las palabras traducidas que describen lo femenino a menudo son "sumisas", "suaves", "rindiendo" y "receptivas". La palabra "sumiso" es siempre inaceptable para las mujeres occidentales, pero en este contexto no se refiere a someterse al poder de los hombres. En cambio, es el acto de someterse voluntariamente al Dao: renunciar a la necesidad de controlar el mundo y, en cambio, seguir el flujo de las condiciones que surgen. El agua en su forma terrenal tiene movimientos impredecibles y libres sin acciones discordantes, sin conflicto. Fluye alrededor, sobre y a través de obstáculos mientras nutre y cambia su entorno. Esta es la disposición natural de las mujeres, sin embargo, es lo contrario de lo que muchos se comportan hoy en día.
Reunirse con el ser del agua no determina que todas las mujeres deban permanecer inactivas, calladas y tímidas. Es independiente del carácter y la personalidad y supera la naturaleza 'blanco y negro' de nuestra sociedad actual. La mujer más vivaz, extrovertida y decidida todavía puede estar cediendo. Ella puede ser fuerte y aún así ser sumisa. Ella puede rendirse a los cambios en su entorno sin perder su poder o potencia. ¿Qué puede detener el flujo de un río? Tiene una fuerza sutil e invisible pero continua. Es capaz de ser suave y relajante, o un asombroso espectáculo al que todos dan paso. Cuando el río se somete a estar confinado en un barranco estrecho, no cede su poder, solo hace su camino, erosionando gradualmente el entorno para estar más cómodo para su flujo. Esta es la manera de una mujer. Persuasivo, influyente, flexible. Consciente de la sutileza de su poder y del profundo placer que supone usarlo con sabiduría.
Después de siglos de hábito, puede parecer una tarea imposible convertirse en agua. Pero a medida que tomamos conciencia de una elección en nuestra forma de ser, descubrimos que vivir en el agua es mucho más fácil que vivir en el fuego. Hay una falta de esfuerzo, un crecimiento de la energía tanto física como espiritual, y una vida que se siente más manejable y menos abrumadora. En Taoísmo, se aconseja a ambos sexos que aprendan el camino del agua. Las mujeres son muy afortunadas de que, si lo permiten, es algo natural.
-Rachael Dunsmore
www.soenren.com
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